No cabe duda, que los rellenos faciales se han hecho un hueco muy importante dentro de los tratamientos médico estéticos. Cada vez contamos con más alternativas para rejuvenecer nuestra piel, y una de las técnicas de infiltración que más está dando de qué hablar, es el Blanching, en la que se emplea el “prodigioso” AH.
Son muchos los especialistas que la consideran la mejor opción frente a la toxina botulínica. La explicación la encontramos en que hay personas que no la pueden utilizar porque no responden bien a la toxina botulínica. Aunque ésta, como veremos más adelante, no es su única ventaja. En nuestro post de hoy, te hablamos del Blanching, una de las técnicas más efectivas de infiltración para lograr el rejuvenecimiento facial de una forma totalmente eficaz, segura y natural. Estás a punto de descubrir, que no hay código de barras, patas de gallo, ni arrugas superficiales, que se le resistan.
La traducción literal de Blanching es “blanqueando”. Los expertos afirman, que la infiltración superficial que se realiza con esta técnica, produce un “blanqueo” momentáneo en la zona de inyección. Como indica la Dra. Marjorie Garcerant Tafur, especialista en Medicina Estética y Nuclear de las Clínicas INSTIMED NORDETIA, dicha infiltración permite borrar la arruguita fina superficial (la fractura de la epidermis), sin que ello afecte a la expresión del rostro. Además, con esta técnica, logramos una profunda hidratación de la piel de una forma muy natural.
Los médicos especialistas en Medicina Estética, aseguran que se trata de una infiltración “multipunto”, que se lleva a cabo inyectando pequeñas cantidades de AH a lo largo de la arruga y a nivel superficial.
Una vez finalizada la infiltración, el especialista reparte el producto realizando un masaje suave, con el fin de darle un aspecto mucho más uniforme a toda la arruga.
Para lograr el efecto deseado, el AH que se emplee debe tener unas características especiales, ya que las infiltraciones se realizan a un nivel más superficial.
Los expertos afirman que no todas las arrugas son iguales. Unas, son denominadas “dinámicas” (se producen con la gesticulación) se consideran temporales, porque aparecen y desaparecen cuando se contraen y se relajan los músculos (pero son las que a la larga producen la fractura cutánea por tanto movimiento repetido en la misma zona). Sin embargo, hay otro tipo de arrugas, a las que se las conoce como “estáticas o pasivas” (se producen por el cambio en cantidad y localización de los compartimientos grasos y de partes blandas de la cara). Son aquellas que marcan la piel de manera permanente (son los surcos como el nasogeniano y que no tienen necesariamente arruga fina superficial, del tipo fractura cutánea), por la conformación anatómica que presentan distintas zonas del rostro o del cuerpo.
Las primeras se pueden tratar habitualmente de manera muy efectiva empleando toxina botulínica (para prevenir que se siga produciendo la fractura cutánea), pero, para eliminarla, hay que infiltrar AH. Las segundas (son las que habitualmente se rellenan, pero con otras técnicas distintas al Blanching) no suelen responder bien ni a esta última sustancia, ni a otro tipo de rellenos.
Dicho de otra manera, son aquellas arrugas y líneas de expresión que no desaparecen de nuestro rostro ni cuando tenemos un gesto relajado (fractura cutánea por haberse hecho el mismo movimiento repetido durante mucho tiempo) y están ahí de forma permanente. En estos casos, las técnicas más convencionales no pueden hacer demasiado por mejorar el aspecto de la piel. Sin embargo, la aplicación de AH con la técnica del Blanching, sí.
Además, y como indicábamos al principio, hay personas que no responden bien a la toxina botulínica, por eso, en estos casos, infiltrar AH con esta técnica, es mucho más recomendable.
El paso del tiempo y gestos tan habituales como masticar o fumar, implican el movimiento de los músculos de la cara, y con ello, el desarrollo de arrugas y líneas de expresión alrededor de zonas como los ojos o la boca.
Las técnicas de infiltración son uno de los tratamientos más efectivos para atenuar dichas arrugas, así como para mejorar ciertas depresiones cutáneas y algunas cicatrices.
En este sentido, el Blanching (una de las técnicas de infiltración más comentadas) proporciona excelentes resultados. Eso sí, asegúrate de ponerte en manos de los mejores médicos, especialistas en Medicina Estética, y de que el AH que se emplee sea el mejor del mercado.